Rueda de prensa

EL SECTOR PECUARIO EN LA RENEGOCIACION DEL TLCAN

10 de octubre de 2017

Durante más de dos décadas las tres economías de Norteamérica han consolidado una nutrida relación comercial de proveeduría y consumo de bienes relacionados con la actividad pecuaria, como es el caso de granos forrajeros, maquinaria y equipo, ganado de pie de cría y material genético, animales vivos para el abasto y productos cárnicos. En el año 2016, el intercambio pecuario de México fue de más de $9,000 millones de dólares, con una concentración de más del 90% con Estados Unidos y Canadá.

En cuanto a dicho intercambio, debemos entrar al detalle de cómo se han desempeñado las distintas especies pecuarias.

Por lo que hace a los bovinos de carne, además de exportar anualmente a Estados Unidos un promedio de 1.2 millones becerros en pie, se colocó en el mercado estadounidense el 90% de la exportación total de carne de bovino, es decir, 160,000 de las 182,000 toneladas exportadas. La aportación de divisas del sector fue de $1,800 millones de dólares.

Por parte de las importaciones, en el 2016 se importaron mercancías provenientes de la especie bovina por casi $1,400 millones de dólares, principalmente carne y despojos comestibles originarios de Estados Unidos y Canadá.

Para otras especies pecuarias como la porcina, la situación es diferente. Importamos más de $1,700 millones de dólares, que corresponden principalmente a carne de cerdo originaria de Estados Unidos. La exportación mexicana fue por $460 millones de dólares, pero no a mercados TLCAN. Esto ocurre por la falta del reconocimiento zoosanitario de nuestro país en cuanto a la Fiebre Porcina Clásica, en donde se han dado pasos en la dirección correcta.[1]

Una situación parecida ocurre con los lácteos, en donde importamos $1,600 millones de dólares de mercancías tales como leche en polvo, sueros y lactosueros, quesos y preparaciones alimenticias, con una alta participación de Estados Unidos, mientras que la exportación es de apenas $420 millones de dólares, principalmente  a mercados de Centroamérica. En este caso, el acceso al mercado de Estados Unidos está limitado por regulaciones como la de Grado A.

De tal suerte, la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte es una oportunidad para replantear algunos de los temas que limitan la participación de los productos mexicanos en Estados Unidos y Canadá.

Como primer punto, hemos solicitado se adecuen los compromisos en el capítulo de medidas zoosanitarias a fin de agilizar y alcanzar de manera más expedita el reconocimiento de la situación zoosanitaria de las enfermedades de animales en las que hemos logrado su erradicación, lo cual permitirá una mayor exportación de nuestros productos, reflejándose en los precios de venta de animales y cárnicos.

Un segundo punto que se incluye en la agenda de renegociación es el referente al Trato Nacional que deberá otorgase a las importaciones sujetas a normatividades de calidad, sanitaria o de buenas prácticas de manejo, con lo que esperamos que los productos lácteos mexicanos logren posicionarse en el mercado norteamericano.

Otro tema incluido en la agenda es el relativo al reconocimiento de los sistemas de clasificación de calidad. Ocurre que la comercialización de carne de bovino exportada no logra su clasificación de calidad de acuerdo con los estándares de Estados Unidos, lo que significa que no se le otorga el debido Trato Nacional.

De lograrse la corrección de estas disposiciones en la modernización del TLCAN, consideramos que serían el punto de partida para mejorar las condiciones del intercambio comercial, pero, más importante, para mejorar la situación de la producción nacional y de sus productores.

Estamos conscientes de que existen temas álgidos en otros sectores (reglas de origen en el sector automotriz, solución de controversias en materia antidumping, déficits comerciales, cuestiones laborales y de medio ambiente), sin embargo, en nuestro sector confiamos en que (i) nuestros negociadores buscan lo mejor para nuestro país, (ii) que las preocupaciones señaladas para nuestro sector serán debidamente atendidas y (iii) que no seremos perjudicados buscando compensar lo que no ha funcionado en otros sectores.

Sin reserva alguna respaldamos a nuestro gobierno en la postura de no ceder a peticiones irracionales que signifiquen un retroceso en la construcción de lo que puede ser una más próspera región económica de Norteamérica.