Ing. Homero García de la Llata, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG): Buenas tardes. Honorable presídium, ganaderas y ganaderos del país, sean todos ustedes bienvenidos. Agradecemos a todos los aquí presentes la oportunidad de estar juntos para conmemorar el Día de la Ganadería Nacional.
Gracias Dr. Víctor Villalobos por encabezar esta ceremonia donde las organizaciones del sector pecuario nacional, el Gobierno Federal, gobiernos de los estados, legisladores, academia y organismos ligados a esta noble actividad venimos a reconocer el esfuerzo y logros alcanzados, y a comprometernos a seguir luchando por brindar alimentos sanos y accesibles al pueblo de México.
Aquí estamos productores de ganado bovino de carne, de leche, porcicultores, avicultores, ovino y caprinocultores, productores de equinos, ganaderos diversificados y de espectáculo y, desde luego, la industria pecuaria nacional –y saludo con respeto a mi amigo Juan Cortina, presidente del CNA– quienes estamos en representación de un millón y medio de Unidades de Producción Pecuaria, principalmente medianos y pequeños, que todos los días luchamos con una gran esperanza para encontrar una ansiada rentabilidad que represente un digno ingreso para el sostenimiento de nuestras familias.
Hoy los productores pecuarios mexicanos producimos cerca de 4 millones de toneladas de pollo, 3 millones de toneladas de huevo, 2.2 millones de toneladas de carne de res, 1.7 millones de toneladas de carne de cerdo, 100 mil toneladas de carne de ovicaprinos y 13 mil millones de litros de leche al año. Todo, con un valor superior a los 750 mil millones de pesos, que en promedio satisfacen la demanda de más de un 80% de la proteína animal que México consume. Y atienden, como en el caso de res, la exportación de 350 mil toneladas de carne y un millón de becerros en pie al mercado internacional.
Sin embargo, estos logros hoy se ven amenazados por diversos factores, principalmente por el tema del cambio climático, el incremento desmedido de los insumos, la amenaza sanitaria por brotes en el mundo de diversas enfermedades como la gripe aviar, fiebre porcina africana, fiebre aftosa y enfermedad de las vacas locas; además, la satanización de la actividad con falsas premisas y, finalmente, el tema de la inflación internacional que amenaza con desestimular el consumo de la proteína animal.
En este entorno, y respecto a la obligada misión del Gobierno Federal de contener la inflación y moderar el precio de los alimentos en México, los ganaderos mexicanos y sobre todos los pequeños y medianos productores que somos la mayoría, estamos muy preocupados por las abruptas aperturas a las importaciones de productos cárnicos de diversos países que no alcanzan las mismas condiciones zoosanitarias que nuestro país. Para esta contención de precios, en primer término, sugeriríamos, respetuosamente, empezar aquí mismo en México por moderar los excesivos márgenes en la venta al consumidor final.
Hay que dejar en claro que en la producción de alimentos en México existen dos escenarios muy diferentes. Por un lado, la industria cárnica y láctea con grandes avances tecnológicos sanitarios y de inocuidad, con capacidad exportadora y con una integración completa. Y, por otro lado, los miles de productores primarios, 85% de ellos pequeños y medianos, base de la pirámide de los sistemas producto, principalmente bovinos de carne y leche, que son el sostén principal del éxito del sector pecuario del país; pero que, a la vez, son el eslabón más débil, en muchísimos casos sin tecnología, sin financiamiento, sin apoyos y a merced del intermediarismo y la inseguridad.
Esta enorme base social sería la principal, como lo ha sido siempre, afectada, en caso de pérdidas de estatus zoosanitarios por el impacto inmediato a la baja del precio de sus productos, como ya está sucediendo con el sólo anuncio de las medidas, perdiendo su precaria rentabilidad y, posiblemente, desapareciendo de la actividad.
Como ejemplo de nuestra preocupación, para el caso específico de la publicación de la hoja de requisitos para la importación de carne de res de Brasil, no desconfiamos en ningún momento de los análisis de riesgo efectuados por nuestros grandes aliados de SENASICA –y aprovecho para saludar al Ing. Javier Calderón, nuevo director en Jefe– pero sí desconfiamos de la posible triangulación de carne entre las distintas regiones de aquel país que, en múltiples regiones, no estarían autorizadas para exportar a México y que, por ende, tengamos un innecesario riesgo de transmisión de fiebre aftosa o enfermedad de vacas locas.
Es menester compartirle, con mucho respeto, a nuestra autoridad que hoy cuando menos los productores de bovinos de carne nos sentimos bajo el fuego cruzado de dos frentes. Uno, amenazador del norte, pretendiendo volver con el tema de etiquetado de cárnicos que podría discriminar carne y ganado mexicano a los Estados Unidos y que, sentimos, pudiese ser, por la premura demostrada, represalias a disputas agrícolas entre ambos países. Y, por otro lado, en cierne a la amenaza zoosanitaria de posibles importaciones de Sudamérica con repercusiones zoosanitarias para México.
Le recordamos, con respeto, a nuestro Gobierno, que en medio de estas negociaciones estamos miles de productores que a diario nos la jugamos por seguir produciendo alimento para el pueblo de México. Escúchenos, explíquenos y vamos juntos en la toma de estas trascendentales decisiones para el futuro de la ganadería mexicana; los ganaderos no vamos a fallarle, ni al Gobierno ni al pueblo de México. No nos amedrenta la competencia como lo demostramos desde hace casi 30 años al seno del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica, lo que nos inquieta es una posible debacle sanitaria.
Señor secretario, señora secretaria Raquel Buenrostro, a quien desde aquí le mandamos un cordial saludo, confiamos plenamente en que nuestras autoridades sabrán resguardar esa gran fortaleza que es, sin duda, la sanidad animal en México y no permitirán competencias desleales, ni del norte ni del sur, que perjudiquen a miles de pequeños ganaderos en México.
Por otro lado, otra gran fortaleza de la ganadería mexicana es, sin duda, el avance en el mejoramiento genético de todas las especies que hoy redundan en una mayor productividad. Saludamos, en ese sentido, con respeto, y alentamos el esfuerzo que realiza la SADER y, especialmente, la Coordinación General de Ganadería, que encabeza el MVZ. Arturo Macosay, para estar entregando en el sureste del país sementales y material genético a pequeños productores.
De igual forma, una nueva fortaleza de la ganadería nacional será, sin duda, el sistema de trazabilidad del ganado bovino en México. Muchas gracias señor Secretario, gracias señor director en Jefe del SENASICA, por la confianza en nuestra Organización, la Confederación Ganadera, para seguir fungiendo como el agente técnico de la Norma Oficial Mexicana de identificación del ganado. No duden que juntos lograremos, muy pronto, la cristalización de un sistema confiable de trazabilidad reconocido internacionalmente para la ganadería bovina, que nos permita seguir avanzando y tener una ganadería moderna, eficaz y sustentable.
Agradecemos, desde luego, también la presencia de nuestro gran amigo el Lic. Leonel Cota Montaño, director general de SEGALMEX, y agradecemos los esfuerzos que viene realizando él y su equipo para dignificar la imagen y servicio de esta paraestatal, pero sobre todo para brindar un mejor servicio a los pequeños productores lecheros de nuestro país a través de la recepción de su producto en los centros de acopio LICONSA en nuestro país.
Pediríamos, con todo respeto, el análisis financiero pertinente para que los pequeños productores de leche fresca, además de un justo pago por la leche, sean considerados con algún tipo de apoyo para el pago de flete de su producción a los centros de acopio, de la misma forma que muchos compañeros pequeños agricultores son apoyados en las entregas de sus cosechas.
Una urgente necesidad para miles de pequeños productores pecuarios, sin duda, es la capacitación, con una investigación y transferencia de tecnología que eleve sus parámetros productivos y aspiren a tener una rentabilidad adecuada.
En ese sentido, agradecemos la distinguida y alentadora presencia del señor rector de la UNAM, Dr. Enrique Graue, del secretario general y del director de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia para que, junto con la Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado y la propia CNOG, en este caso con un convenio específico donde precisamente atenderemos las necesidades de pequeños productores con proyectos de investigación e innovación para productividad, competitividad y sostenibilidad del sistema bovino de carne en México.
Agradecemos a la UNAM y a toda la academia en general, y en especial a los Médicos Veterinarios Zootecnistas, grandes aliados del desarrollo de la ganadería en México, a quienes saludamos en la persona de mi amigo Dr. Arturo Sánchez Mejorada, presidente de la Federación de Médicos Veterinarios.
Enaltecemos, también, la labor de FIRA, que encabeza el actuario Alan Elizondo, que además de financiamiento al sector, brinda capacitación a través de programas de desarrollo de proveedores en muchas regiones del país.
De igual forma, agradecemos la labor de INIFAP, que encabeza el Dr. Rodríguez del Bosque, presente con nosotros, desarrollando investigación y transferencia de tecnología desde hace muchísimos años en beneficio de la ganadería nacional.
Un último punto, y de lo más importante y de lo que hoy hablamos tres horas en la mañana, sin duda es nuestro compromiso, como productores e industria, para caminar rápidamente hacia una ganadería sustentable, desde luego atendiendo los compromisos de nuestro país para reducir emisiones, pero principalmente convencidos para que nuestra actividad perdure en el tiempo y dejemos un mejor ambiente en las próximas generaciones, garantizando la alimentación del mundo y una vida digna a los productores del campo.
En este sentido, agradecemos los esfuerzos de diferentes organismos que, a través de la mesa redonda mexicana de ganadería sustentable, nos transmiten experiencias, prácticas de sostenibilidad y muchos ejemplos de países del mundo. Aprovecho y saludo la presencia de nuestro amigo, el Dr. Diego Montenegro, del IICA, organismo que trabaja estrechamente en proyectos de ganadería sustentable en México, así como a nuestros amigos de WWF, Grupo GIZ, Nature Conservancy, entre otros.
Para terminar, creo que no debemos dejar de insistir ante el Ejecutivo Federal y, desde luego, con los legisladores federales –y aprovecho para saludar a la diputada Cuquis Camarena y a la senadora Rosa Elena Jiménez– en la pertinencia de que, principalmente, pequeños y medianos ganaderos puedan contar con apoyos similares a los que, atinadamente, hay que decirlo, reciben los pequeños agricultores cañeros y pescadores a través de los programas como producción para el bienestar, precios de garantía y programa de fertilizantes.
Infraestructura, capacitación y financiamiento podrían ayudar a 500 mil pequeños productores ganaderos a permanecer en la actividad, aumentando sustancialmente la producción de proteína animal en México, comprometida con acciones de sustentabilidad. Por lo anterior, sugeriríamos en conjunto un programa integral que, con recursos SADER, SEMARNAT, Bienestar, Fondos Internacionales y recursos de los gobiernos de los estados –y aprovecho para saludar al Ing. Jaime Montes, presidente de AMSDA—que pudiera cristalizarse en 2024.
Amigas y amigos, somos muchos actores que, de una y otra manera, colaboramos en el éxito de la producción animal en México. Sigamos juntos, como hoy aquí, viendo hacia el futuro de esta noble actividad y aseguremos, entre todos, como un solo equipo y con una sola visión, que el pueblo de México siga teniendo sus alimentos diariamente
y que los productores tengamos un justo ingreso, a través de una ganadería sostenible que perdure por muchísimas generaciones.
Muchísimas gracias, especialmente, a los representantes de organizaciones hermanas del sector: Juan Cortina, de CNA; Héctor Garza, de AMEG; Juan Ley, de Mexican Beef; Heriberto Hernández, de Opormex; Alejandro Monteagudo, de la UNA; Ernesto Hermosillo, de COMECARNE; Mariano Salceda, Miguel Ángel Paredes y Vicente Gómez, del Sistema Producto Leche; Genaro Bernal, de CONAFAB; y a todas y cada una de las Uniones Ganaderas del país y organismos filiales de la Confederación que, con su presencia y solidaridad, nos permite caminar juntos con una sola visión para el futuro de la producción pecuaria nacional.
¡Que Dios bendiga la ganadería de México!